Para muchos el trabajar desde casa es un desafío importante, en Panamá algunas empresas ya aplicaban esta dinámica del conocido “Home Office”, sin embargo, no fue hasta que nos enfrentamos a la pandemia del coronavirus que las empresas en general se vieron forzadas a establecer esta forma de trabajo. Ya sea que vivamos solos o en familia, no es fácil unir todos los roles en un solo espacio físico. Conociendo estas diferencias y particularidades que afectan a personas hay que tratar de ser prácticos con el fin de sobrellevar esta situación de la mejor manera posible.
La crisis sanitaria que estamos padeciendo actualmente en muchos países y que obliga a las familias a permanecer en sus casas, está poniendo a prueba la convivencia familiar. Esta combinación de teletrabajo, quehaceres del hogar y niños en home school, puede resultar difícil, sin embargo, también puede que sea una oportunidad única para adquirir nuevos aprendizajes y mejorar nuestras relaciones.
El ritmo del día a día nos ha dado la oportunidad de volver a conectar con nuestros hijos, practicar la escucha activa y, la comunicación. Es el momento de establecer pactos, trabajar la empatía y los miedos. La organización familiar se vuelve indispensable para compaginar trabajo, deberes y tiempo libre.
Estas son algunas recomendaciones para una buena convivencia familiar y aprendizajes que podemos sacar de esta situación:
- Tener horarios y la rutina habitual. Acostarse y levantarse a la misma hora, establecer rutinas para las tareas y horarios de juego. Se debe acordar en familia los tiempos, cuando los niños sienten que se les tiene en cuenta y colaboran, es más sencillo que estén dispuestos a cumplirlo.
- Por el apuro muchas veces acabamos haciendo cosas por ellos, que, sin lugar a dudas, podrían realizar ellos solos. Es buen momento para trabajar la independencia a la hora de vestirse, doblar su ropa o ducharse. De igual manera, muchas de las tareas del hogar pueden ser realizadas por ellos mismos, fomentando así la seguridad en sí mismos y estimulando la capacidad de colaboración.
- Es un buen momento para conocer mejor sus fortalezas y debilidades y, sobre todo, para trabajar sobre estas.
- El miedo y la incertidumbre es una de las emociones más fuertes que hemos experimentado estos días. Los pequeños nos ven preocupados y perciben una situación de difícil, escuchan la palabra muerte con mayor frecuencia de la habitual. Además, los hemos sacado de sus rutinas, no les permitimos ver a sus amigos ni salir a los sitios habituales de ocio. Todo esto puede provocarles mucha incertidumbre y frustración. Con esta situación, es muy posible que, en muchas ocasiones nos veamos estresados y, quizá, la mejor herramienta que podemos usar con ellos sea la honestidad emocional, haciéndoles saber cómo nos sentimos y lo que necesitamos o esperamos de ellos. Así, estaremos permitiendo que ellos también puedan expresarse, que identifiquen lo que sienten y le pongan nombre para después acompañarlos en sus emociones, trabajándolas con un dibujo, un juego o una conversación juntos. Esto les permitirá entender qué les sucede a ellos y al mundo que les rodea. Puede ser una oportunidad para desconectar de pantallas y móviles y hacer juegos en familia fortaleciendo el vínculo entre sus miembros.
- Hay que analizar si se necesita mantener a los niños ocupados todo el tiempo. Los niños necesitan calma y sosiego para interiorizar los estímulos que les llegan. La mayoría están empezando ahora a conocer el aburrimiento y no debemos olvidarnos de que el juego libre es indispensable para el autocontrol, la planificación y la creatividad.
- Este es el mejor momento para trabajar con niños y adolescentes grandes valores como la empatía, la cooperación, la responsabilidad, el cumplimiento de normas, el conocimiento del respeto a los demás, la solidaridad o la necesidad del respeto de los espacios de cada uno en el hogar.
- Enseñarles la importancia de valorar y conocer el gran trabajo de los doctores, y policías, personas que cuidan y nos protegen.
- Es el momento de ser recíprocos con los abuelos, quienes han cuidado de los niños por tanto tiempo. Tener el compromiso con ellos ahora, cuidando de ellos y tomando conciencia para proteger su salud.
- Esta nueva situación necesita que asimilemos muchos cambios. Seleccionar aquellas batallas con los niños que merezcan la pena o sean importantes de verdad. Ser flexibles con los niños.
- No olvidarnos de nosotros como individuos y de lo que necesitamos para obtener paz mental, hacer un alto cuando lo necesitamos, respirar y recargar para seguir adelante.
- Cuidarnos en la medida de lo posible para también cuidar de nuestros hijos y de nuestros adultos mayores.
Editores PP