Una de las preocupaciones de los padres es cuando el bebé presenta molestia y llanto. Estos síntomas pueden ser que tu bebé sufre de gases, pero no hay que alarmarse, solo debes aprender a identificar cuando tiene está molestia y ayudarlo.

¿Cómo identificar que tú bebé tiene gases?

Para poder identificarlo debes tener en cuenta primero que todo esto es normal porque el bebé está teniendo una ingestión o entrada de gases a la hora de comer y también se producen más gases durante el proceso de digestión, entonces el cuerpo tiene que sacarlos de alguna manera.

Los síntomas que puede presentar tu bebé son:

  • Demasiados eructos
  • Inflamación abdominal
  • Cólicos
  • Irritabilidad y molestia
  • Llanto

Hay otros cambios de comportamiento que nos hacen notar que pueden tener molestias, por ejemplo, si tienen gases no va a querer recibir más comida, hasta que no pueda expulsar los gases que le están causando la molestia. Pero tranquila esto es parte de su desarrollo.

Recuerda que los gases son normales, lo que realmente es incómodo para tu bebé es cuando no puede expulsarlos con facilidad. Pero si tu bebé presenta mucho dolor, la inflamación no disminuye, tiene un llanto incontrolable y no quiere recibir comida, para ayudarle expulsar los gases existen algunas formas o posturas que puedes hacer si tu bebé tiene gases:

Sobre el pecho. La forma más común es sostener al pequeño apoyado sobre tu pecho, casi erguido, de manera que su cabeza quede a la altura del hombro del adulto y darle golpecitos en su espalda, para estimular el eructo. En estos casos es recomendable colocar un paño o babero sobre el hombro, para no ensuciarse la ropa en el caso de que el bebé regrese algo de comida, lo cual es normal y bastante habitual.

Boca abajo. Otra postura tradicional consiste en sujetar al niño, acostado boca abajo, sobre un brazo del adulto. Como en el otro caso se da al pequeño, golpecitos en la espalda. Por su propio peso, el bebé presiona su barriga contra el brazo de quien lo sostiene, y esto propicia la expulsión del aire. Es importante que siempre su cabecita quede un poco más alta que el resto del cuerpo.

Sobre las piernas. El cuerpo del bebé se coloca en una posición similar a la anterior, pero en vez de sujetarse con un brazo, el adulto se sienta y lo apoya sobre su regazo.

Sentado. Cuando el niño ya ha crecido un poco y puede mantenerse sentado, se pone en esta posición. Mientras que con una mano se sostiene su barbilla, con la otra se aplican los mismos golpecitos ligeros descritos para las posturas anteriores.

No hay que preocuparse si no se escucha el ruido del eructo del bebé o si ni siquiera nos damos cuenta que el niño lo haya hecho. A menudo, libera el aire sin emitir ruido y pasa inadvertida.

Editores PP