Las células madre son células no especializadas que tienen la asombrosa capacidad de convertirse en muchos tipos de células diferentes del cuerpo. Al servir como una especie de sistema de reparación para el cuerpo, pueden dividirse potencialmente sin límite para reponer otras células que se hayan dañado. Cuando una célula madre se divide, cada célula nueva puede seguir siendo una célula madre o convertirse en otro tipo de célula con una función más especializada, como una célula muscular, un glóbulo rojo o una célula cardíaca.
Las células madre pueden hallarse en muchos tejidos del cuerpo, como la médula ósea, la grasa, la sangre y otros órganos como el corazón. Pueden encontrarse células madre más inmaduras en el embrión, así como en la sangre del cordón umbilical de un bebé recién nacido.
Según su procedencia, las células madre han sido estudiadas como una posible estrategia de tratamiento para numerosas enfermedades como la diabetes, la enfermedad de Parkinson, las quemaduras, la lesión de la médula espinal y, más específicamente, las enfermedades cardíacas. Recientemente, numerosos estudios han demostrado el posible beneficio de implantar células madre en el corazón.
Los beneficios actuales de utilización de células madre están bien documentados y se espera que la investigación continúe allanando el camino para nuevos tratamientos. Para aquellos que sufren de enfermedades graves, las células madre ofrecen esperanzas para un tratamiento eficaz o incluso una reversión de la enfermedad. El tiempo confirmará el pleno éxito de las terapias con células madre y la investigación continua nos debe enseñar más acerca del uso de células madre para tratar enfermedades debilitantes.
Editores PP