Al inicio del embarazo es importante conocer sobre el estado general de salud de la madre, para esto vamos a realizar un examen general de sangre principalmente para evaluar la hemoglobina, el azúcar en ayuno para descartar problemas de diabetes no diagnosticados previamente, así como un examen general de orina.

Además, al inicio, es de suma importancia conocer el tipaje sanguíneo de ambos padres para conocer a tiempo problemas de incompatibilidad que puedan afectar el crecimiento del bebé, ya sea porque exista incompatibilidad de grupo sanguíneo (A, B, O) o Rh (positivo o negativo).

Otro dato que debemos conocer asociado a la hemoglobina de los padres es el tipo de hemoglobina de ambos (electroforesis de hemoglobina) en el cual sabremos si existe anemia falciforme, talasemia, entre otros que pueda heredar el bebé o ser portador de los mismos.

También es importante conocer en caso tal la madre sin saber padezca o haya padecido alguna infección que pueda afectar el desarrollo del bebé y los principales microorganismos que pueden causar malformaciones y otras alteraciones al momento del nacimiento del bebé son la rubeola, citomegalovirus, toxoplasmosis, hepatitis, herpes, sífilis, HIV, para esto se realiza un examen que evalúa las defensas (inmunoglobulinas) de la madre ante estos organismos, en donde se va a evaluar si a la madre padece activamente alguna de estas infecciones y se requiera un seguimiento más profundo y estrecho del crecimiento del bebé o si ya le ha dado alguna de estas infecciones y presenta inmunidad a las mismas durante el embarazo. Esto se realiza igualmente mediante una muestra de sangre materna.

En caso tal de la madre padecer alguna enfermedad conocida como problemas de tiroides, presión arterial o riñones, se debe agregar a estos exámenes de sangre pruebas adicionales para garantizar el control de estas condiciones y evitar así que afecten el embarazo.

Un examen de suma importancia al inicio del embrazo es el ultrasonido morfológico del I trimestre, en el cual se evalúan algunos datos del desarrollo temprano del bebé que pudieran indicarnos un riesgo aumentado de algunos síndromes como la trisomía 21 (síndrome de Down), trisomía 13 y 18, entre otros; en este estudio también podemos evaluar el riesgo de padecer preeclampsia, riesgo de parto prematuro o restricción del crecimiento del bebé. A este ultrasonido se asocia también el tamizaje sanguíneo (bioquímico) en el cual se miden ciertas proteínas en la sangre de la madre que también se ven alteradas ante la presencia de estos síndromes.

Como hemos descrito, al comienzo son muchos exámenes los que se requieren para evaluar un adecuado desarrollo temprano de tu bebé y garantizar un adecuado inicio y posterior seguimiento del embarazo, la gran mayoría de estos exámenes mencionados no serán repetidos posteriormente en el embarazo y, de hecho, muchos de ellos como el tipaje Rh de los padres, la electroforesis de hemoglobina y algunos de los infecciosos, no necesitan repetirse incluso en embarazos siguientes.

 

 

Dra. Gretel Palacios
Ginecóloga Obstetra
Tserotas Clinic