Los padres son los principales y mejores estimuladores del lenguaje del bebé. Son también los grandes responsables del aprendizaje del bebé por su equilibrio afectivo y su adaptación social.

El primer lenguaje del bebé es la expresión, a través de los balbuceos, sonrisas, llantos y otros sonidos, de los sentimientos y necesidades.  Así se comunican al principio, luego poco a poco, los bebés van adquiriendo un lenguaje más fluido, llegando al dominio de la comunicación verbal.

Inicialmente, el lenguaje surge por imitación. Los niños imitan los movimientos y los sonidos que hacen sus padres, cuando articulan las palabras. En este proceso, también es importante la comprensión de lo escuchado y de lo expresado.

Cuanto más hables con tu niño, más oportunidades le darás de aprender a hablar. Pero recuerda que cada niño desarrolla esta habilidad a su propio ritmo. 

Cuanto más se divierta aprendiendo palabras nuevas, más probable es que siga usándolas. Hay muchas formas de ayudarle a aprender a hablar: 

  • Háblale tanto como puedas. Mírale atentamente y muéstrate interesada cuando te conteste.
  • Préstale atención a lo que te está diciendo tu bebé, no te preocupes si lo que te dice no es tan claro, si siente que le estás entendiendo se sentirá seguro y seguirá intentándolo.
  • Haz referencia a lo que quieres decir mostrándole el objeto del que le estás hablando.
  • Dale muchas oportunidades de hablar durante el día. Si le preguntas algo, haz una pausa para darle tiempo a responder.
  • Celebra cuando acierte en alguna palabra, eso le va a gustar.
  • Repite lo que dice, para que lo escuche con claridad.
  • Cuando salgas con tu bebé muéstrale los objetos, si ven un avión pasar por ejemplo, lo puedes señalar y decirle que es un avión, o si van al parque, le describes los nombres de lo que ve a su alrededor.
  • Simplifica tu forma de hablar. Usa frases cortas y enfatiza las palabras clave cuando hables con tu niño.

Editores PP