Aunque es inevitable que un bebé nuevo en casa haga que tu primer hijo sienta algo de celos, es importante intentar que su llegada sea una experiencia positiva haciéndolo participar en los cuidados del bebé a su hermano mayor.
Es la mejor forma de ir poco a poco creando un vínculo de apego con esa personita que vino de un día para el otro a quitarle su “reinado”. Haciendo que el mayor colabore en el momento de cambiarle el pañal, de bañarlo o de darle de comer, aunque en sí la ayuda pueda ser más lío que otra cosa, es importante que el hermano o hermana mayor desempeñe un papel activo en la vida del chiquitín.
Mientras tanto, el pequeño disfruta y aprende del mayor, que como suele suceder en estos casos pasa a convertirse en una especie de ídolo.
Además de sus cuidados, también hemos de involucrarlo en juegos que puedan compartir a pesar de que haya diferencia de edad. Leer un cuento, contar historias, cantar canciones y entretener al pequeño son funciones que el mayor puede desempeñar sin ayuda. Poco a poco verás como el mayor va incorporando a su hermanito en sus actividades cotidianas, haciendo que los celos se mitiguen.
Comenzará a sentirlo más como un aliado que como un rival que ha venido a quitarle el puesto. El chiquitín por su parte estará encantado de recibir tanta atención, por algo dicen que los segundos salen más espabilados.
Y no olvides que es importante para el mayor que tú reconozcas su ayuda diciéndole a todo el mundo la gran colaboración que tienes de su parte.
Editores PP