Luego de que nace nuestro bebé, el tiempo se reduce increíblemente. Muchas veces no tenemos tiempo suficiente para darnos una larga ducha, de esas que nos gustan tanto.

Cuando se amamanta también se crea una dependencia o lazo con nuestro bebé, así que tenemos que organizaros para hacer todo lo que tenemos o queremos en intervalos de tres horas.

Los primeros tres meses luego del parto suelen ser los más complejos, nos cuesta muchísimo separarnos de nuestro bebé pero a la vez echamos de menos pasar un tiempo con nuestras amigas, sin tener que cortar una conversación cada 5 minutos o dormirnos sentadas en medio de la charla.

A medida que pasan los meses nuestra vida social se rearma y nosotras nos acostumbramos a las necesidades de nuestro bebé.  Contar con abuelos, tíos, familiares y amigos que se ofrezcan a quedarse con nuestro bebé es de mucha ayuda.  Salir a dar una vuelta, comprar algo lindo para ti misma o a mirar una película puede ser ese mimo necesario para renovarnos, descansar un poquito y volver a casa con mucha energía.

Retomar la vida social y volver al trabajo, a la vez que llevas a cabo ese reluciente rol de madre, no es fácil.  Hay que mantener la calma y volver a las responsabilidades poco a poco.  Seguro que tus amigas y compañeros de trabajo entenderán que tienes que repartir tu tiempo entre tu bebé, afectos y el trabajo.

Editores PP