Las contracciones de Braxton Hicks son tensiones en el abdomen que pueden confundirse fácilmente con dolores de parto. Son ocasionadas por la tensión y relajación del útero en preparación para el futuro trabajo de parto, pero no son una señal de que este ha empezado. Las contracciones de Braxton Hicks pueden empezar hasta en el segundo trimestre, pero son más comunes en el tercer trimestre.
Todas las mujeres embarazadas experimentan estas contracciones, pero no todas las sienten, estas tienden a incrementar en frecuencia e intensidad cerca del final del embarazo y a menudo se confunden con el trabajo de parto.
A medida que el embarazo avanza, y sobre todo cuando faltan algunas semanas o días para el parto, estas contracciones se tornan más frecuentes y duraderas y esta vez sí pueden venir acompañadas de molestias o dolor.
Cuando falten algunos días para el parto, las contracciones de Braxton Hicks pueden llegar a producir cambios en el útero, como afinamiento o ablandamiento y hasta pueden incidir en la dilatación, formando parte del período de “preparto”. En este caso no hace falta llamar al médico o a la partera hasta que las contracciones sean regulares por, al menos, 2 horas, de 1 minuto de duración, y con un intervalo de no más de 5 minutos (a menos que el médico haya indicado otra cosa).
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