Las familias actuales tienen cada vez menos hijos, por voluntad propia o por causas ajenas a su voluntad. Los niños son el centro del hogar con unos padres dispuestos a darlo “todo”, sin mesura, sin límites para ver crecer a sus hijos “felices” con todo lo que ellos no tuvieron a su alcance, o bien, para satisfacer todas las “necesidades” que la sociedad nos crea. La intención es buena pero el querer hijos perfectos con todas las oportunidades nos puede salir caro a la larga.
A este modelo de crianza se le llama hiperpadres o “padres helicóptero”. Se postula que deberíamos dejar de lado el overparenting y empezar a practicar el underparenting o la “sana desatención” en beneficio de nuestros hijos.
Este nuevo paradigma se relaciona con nuevas realidades para los hiperpadres: estimulación precoz, actividades extraescolares, contrariar la figura del maestro y nula tolerancia a la frustración. A su vez, este nuevo estilo de crianza se está llevando por delante aspectos vitales en el desarrollo vital de los hijos como la adquisición de autonomía y responsabilidades, cultura del esfuerzo y poco tiempo para jugar (y aburrirse) para que descubran el mundo por ellos mismos.
Qué No debería hacer con mi hijo:
- Sobreprotegerlo
- Educarlo en el miedo
- Llenarlo de actividades extraescolares
- Justificarlo
- Pedirle permiso
Qué Sí debería hacer con mi hijo:
- Darle amor incondicional: con sus defectos (que los tiene) y virtudes
- Confiar en el niño
- Hacerlo responsable
- Conocerle y dejar que me conozca
- Relajarnos
- Sonreír y tener sentido del humor
Editores PP