Uno de los principales motivos que lleva a los padres a llamar a su pediatra o acudir rápidamente a la consulta es la fiebre en el niño.   La fiebre es una elevación de la temperatura del cuerpo que indica que se han activado mecanismos de defensa del organismo. Cuando aparece, señala que algo no marcha bien. Los bebés y los niños, cuando tienen fiebre, suelen tener la piel muy caliente. Pueden demostrar que están molestos o parecer decaídos. 

La fiebre es la elevación de la temperatura del cuerpo, por encima de los valores habituales. Si la temperatura del cuerpo está entre 37º y 38º, se suele decir que se tienen “décimas”, entre 38º y 39,9º  hablamos de fiebre.   Por encima de 40º, de “hipertermia”.

En general, la fiebre indica que se han puesto en marcha procesos defensivos del organismo.  La fiebre no es mala por sí misma.  En realidad es un indicador de que “algo ocurre en alguna parte”, la causa más frecuente en los niños es una infección viral.  Los grados o la fiebre más o menos alta no guardan relación con la gravedad de la causa.  Se puede tener fiebre muy alta en enfermedades benignas, otras más graves como la tuberculosis, dar sólo unas décimas.

Los bebés o niños con fiebre suelen tener la piel caliente, sobre todo en la frente y en el tronco.  A veces coexiste con pies y manos frías, incluso amoratadas.  En ocasiones, la piel parece roja, otras, más pálida y con vetas amoratadas, como si fuera mármol.  Algunos bebés están inquietos cuando tienen fiebre, mientras que otros están más adormilados, también algunos pueden quejarse mientras que otros no expresan malestar, esto es algo que varía mucho de niño en niño y del tipo de infección que tenga.

Aparte de la fiebre, hay que observar si el bebé o niño pequeño tiene otros síntomas acompañantes que darán pistas acerca del posible origen de la fiebre.

Procura siempre consultar a tu pediatra para cualquier síntoma que notes en tu bebé y sobre todo acerca de los medicamentos y dosis que debes proporcionarle.

Algunos consejos que te pueden servir:

Trata de no: Abrigar al bebé o niño en exceso, obligarle a que coma, darle medicamentos sin comprobar su temperatura, suprimir su baño o ponerle compresas de alcohol en la frente.

Puedes tratar de:  colocarle ropa fresca, ofrecerle mucho líquido, no insistir con la comida, darle un baño para relajarlo y refrescarlo, estar pendiente de su temperatura (utilizando el termómetro), observar si tiene otros síntomas adicionales a la fiebre.

Como nos dice el Doctor Enrique Ruidiaz ¨el virus solo viene y sólo se va¨ por lo que no debes sobre preocuparte si vigilas bien la fiebre y si no ves la aparición de ningún otro tipo de síntoma.  Pasados tres días de fiebre o si la fiebre desde que arranca es muy alta no dudes es llamar a tu médico o acudir a un centro de urgencias.

Editores PP