Mucho se ha hablado y se insiste sobre la lactancia materna por las bondades de este valioso alimento. Reconoce desde el primer día las necesidades del propio bebé y ajusta los requerimientos hídricos y calóricos para cada necesidad. Contiene la forma y la cantidad de azúcares necesarios para el adecuado desarrollo del bebé sin causar sobrepeso o diabetes a futuro. Las proteínas están presentes en la relación adecuada para disminuir y prevenir el riesgo de alergias alimentarias.
Los lípidos confieren el mayor aporte calórico, incluyendo los ácidos grasos necesarios para el adecuado desarrollo neurológico.
Durante toda la historia la leche humana siempre ha contado con sus prebióticos y anticuerpos para contribuir a la madurez gastrointestinal del bebé. Por todo lo anterior consideremos la leche materna como el único y mejor alimento que el bebé debe recibir desde el nacimiento hasta los 6 meses.