El cuerpo de la mujer está diseñado inteligentemente para parir, normalmente cuando el feto ha llegado a su completa madurez, se inician de forma espontánea las contracciones y el trabajo de parto que finaliza con el nacimiento del bebé.  Sin embargo, en algunas ocasiones, los médicos deciden llevar a cabo un procedimiento artificial que desencadena las contracciones uterinas y provoca el parto vaginal; denominado “parto inducido”.

El parto inducido puede llevarse a cabo mediante procedimientos farmacológicos o quirúrgicos:

– Inducción farmacológica: se administran hormonas a la embarazada de forma que aumente el nivel de concentración en sangre lo suficiente como para desencadenar las contracciones uterinas.

– Métodos quirúrgicos: el médico suele practicar la ruptura artificial de las membranas o saco amniótico para provocar el inicio de parto. Una vez realizada, el parto debe comenzar en 24 horas.

Generalmente, se combinan ambos métodos para la inducción del parto, aunque en algunas ocasiones es suficiente con realizar uno de ellos para desencadenar el trabajo de parto.

Tú médico podrá recomendarte si es prudente inducirte el parto, evaluando si presentas algún problema médico que pudiese perjudicar tu salud o la de su bebé, o si tu embarazo dura más de 42 semanas. Para algunas mujeres, esta es la mejor manera de mantener sanos a la mamá y al bebé. 

Si tu embarazo es sano, es mejor dejar que el parto comience por sí solo. Esto es algo que debes ver con tu doctor.

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