El nacimiento de un nuevo bebé es un gran motivo de alegría y celebración en la familia.  Estamos llenos de emoción y así lo van a estar todas las personas a tu alrededor (familiares, amigos, compañeros de trabajo).  Las visitas para conocer al nuevo miembro de la familia, tanto esperada como inesperada, son algo muy común y seguro no faltará que tengas un cuarto lleno de visitantes.  

Visitar a una mamá que acaba de tener un bebé, para conocer al bebito y felicitar a los nuevos padres, es común y esperado, por lo que debes estar muy preparada para esto.  En el hospital no debes olvidar tener todo listo, si vas a dar algo de refrigerio para recibir a las personas y también si deseas que se lleven un recuerdo del nacimiento de tu bebé.  

Todo esto es fantástico y nada más bonito que mostrar nuestro hermoso recién nacido a las personas que lo quieren, pero si en algún momento te sientes cansada de tanta actividad no sientas pena y designa a un miembro de la familia para que sea el que se encargue de recibir y atender a los visitantes.

Mucho dependerá cómo haya sido tu parto, puede que estés deseosa de mostrar a tu bebé y con fuerzas de atender a tus visitas, o puede que te encuentres exhausta y adolorida y con pocas ganas de ver a nadie.  Durante tus días en el hospital es mucho más fácil de manejar a las visitas pues siempre hay personas con quién conversar que no necesariamente tienes que ser tú haciendo todo, tienes mucha ayuda y puede resultar más placentero y divertido recibir a las personas.  Un punto que no debes olvidar es que toda visita debe tener en cuenta las medidas de higiene y el control que sugieras tener para el cuidado de tu bebé recién nacido.

Ya en casa si las primeras noches están siendo difíciles, te molestan los puntos en la vagina o estás teniendo problemas para amamantar, es bastante probable que no te agrade mucho la idea de recibir visitas y menos todavía pensar en qué les vas a ofrecer de beber o de comer. Por otra parte, si tu bebé lacta cada poca hora o si es un bebé inquieto, te será difícil sentarte a platicar con tranquilidad.

Si está contigo tu mamá, o tu suegra, u otro miembro de la familia, ellos se pueden encargar de preparar la casa, comprar algo para los invitados y darles un poco de plática mientras tú atiendes a tu bebé. Pero si estás sola, o si no te encuentras bien, este es uno de esos momentos en los que, educadamente tienes que hacer valer tus deseos.

Editores PP