Sabemos que la actividad física es uno de los pilares básicos en la educación y crecimiento infantil. Hoy día encontramos distintas opciones para nuestros peques en cuanto a los distintos deportes que pueden realizar como lo es:  la natación, los deportes en grupo, el judo o karate, el ciclismo y el atletismo, son algunos de los más recomendados.

Profesionales de la salud como fisioterapeutas y pediatras coinciden en afirmar que la práctica deportiva aporta grandes beneficios en la formación de las personas. Ahora bien, algunos deportes son mejores que otros para los niños con edades comprendidas entre los 3 y 12 años.

Al iniciar alguna práctica deportiva a una temprana edad de nuestros peques, generalmente lo hacemos de acuerdo con algunas consideraciones como gustos propios, poder adquisitivo, recomendaciones de otros familiares o amigos e inclusive del médico.  Pero es importante que tengamos en cuenta que la elección de la actividad se debe adaptar a la edad, condición física, y preferencias que vaya desarrollando el peque.

Dentro de los deportes más practicados por los peques hoy día están:

Natación

Fútbol

Baloncesto

Aerobic, gimnasia rítmica, expresión corporal, danza, etc

Karate

Atletismo

Ciclismo  (una nueva práctica)

Hoy día, también, estamos viendo cada vez más como se está empezando a reforzar otro tipo de deportes en niños pequeños como lo son:  el tenis y el golf.

Muchos pediatras recomiendan adaptar los deportes de acuerdo con el grupo de edad de los niños, dado que cuando están muy pequeños entre los 3 y 5 años practicar deportes formales no crea una ventaja como tal.  Durante esta etapa lo importante es que los niños practiquen actividades que les predisponen luego al deporte, aquellos que impliquen correr, dar volteretas, lanzar objetos, entre otros.

Entre los 6 y 9 años las aptitudes de los niños mejoran gradualmente y tienen una mejor disposición, concentración, entusiasmo y ganas para entrenar y desarrollar sus habilidades.  En este rango de edad prestan más atención y pueden practicar organizadamente deportes individuales y en equipos como: correr, gimnasia sistemática, natación, artes marciales, fundamentos de tenis, fútbol o baloncesto.

Cada deporte tiene diferentes objetivos y requiere de distintas destrezas, lo importante es que estas actividades estimulan unas habilidades físicas, sociales y psicológicas muy beneficiosas para el desarrollo psicomotor del niño, mejoran la coordinación y la resistencia, previenen la obesidad, aumentan la autoestima y ayudan a trabajar en grupo.  No pierdas de vista que una de las claves del éxito del deporte infantil es la diversión y bienestar que aporta.

OTRAS ACTIVIDADES PARA NUESTROS NIÑOS

Existen otro tipo de actividades que podemos evaluar y considerar para nuestros niños y que, sin duda, también aportan mucho valor tanto en su educación como en el desarrollo de sus habilidades personales y sociales, personalidad y destrezas.

Alguna de las opciones que puedes considerar son:

Clases de música:  abarca un sinfín de probabilidades, sin duda estimula la inteligencia emocional, dentro de las diferentes inteligencias, esta es la que controla las emociones. De esta manera los niños aprenden a socializarse mejor y entienden mejor los sentimientos.  La música refuerza de manera positiva que los niños puedan expresarse mejor.  Estudios reflejan que la música favorece la capacidad de los niños para la atención y la concentración, potenciando así su rendimiento en el colegio.  La música estimula la memoria, el análisis, la síntesis y el razonamiento, y, por lo tanto, el aprendizaje.

La educación musical temprana, que comienza en niños de 2 a 5 años, tiene como objetivo el descubrimiento y desarrollo de las capacidades expresivas, musicales y psicomotoras del niño, que permitan posteriormente la elección de un instrumento musical, según sus preferencias y aptitudes. Algunos instrumentos que puedes explorar con tu pequeño son:  piano, guitarra, violín, batería.

Ajedrez:  no es una actividad que nos viene a la mente cuando estamos explorando lo que pueden hacer nuestros peques, sin embargo, el ajedrez es un juego de estrategia de mucha profundidad, que requiere concentración y habilidad del jugador.  Es un juego importante, grandes ajedrecistas de la historia empezaron a jugar el ajedrez desde la infancia, cuanto antes aprendan los niños, mejores y más destrezas desarrollarán.  Un niño puede empezar a jugar el ajedrez a partir de los cuatro años de edad.  El juego, para ellos, puede tener distintas finalidades: diversión y entrenamiento; competición; mejoría de la concentración, la memoria y la creatividad; complemento a la educación y formación.  Hoy día, se reconocen muchos beneficios del ajedrez en las áreas del desarrollo intelectual, las habilidades y el estado emocional.

Teatro:  una actividad muy divertida y que deja muchas enseñanzas, es ideal para ayudar al desarrollo de la expresión verbal y corporal, a estimular la capacidad de memoria y agilidad mental de los niños.  Se puede iniciar desde muy temprano, a partir de los cinco años, a esta edad ya el niño podrá leer, entender y su poder de memoria es alto.  Los niños absorben todo lo que escuchan. Empezar en el teatro proporciona un inmejorable abanico de ventajas que potencia la imaginación de los más pequeños.  Además, podemos fomentar esta actividad acudiendo a las numerosas obras teatrales infantiles que hay, en la que nuestros hijos podrán ver potenciada su actividad en el teatro.

Baile:  desde muy temprano vemos el baile involucrado en las actividades del maternal o colegio de nuestros pequeños, para empezar, podemos mencionar que se trata de una actividad física que favorece el ejercicio cardiovascular, además de fortalecer los músculos y mejorar la elasticidad y el sentido del equilibrio.  Además, el baile favorece la coordinación, la memoria y la concentración. Los movimientos repetitivos y la intención de hacer pasos coordinados que acompañen a la melodía es un gran estímulo para el desarrollo psicomotor del niño.  Le permite también tener un mayor conocimiento de su propio esquema corporal.

El baile contribuye además a adquirir sentido del ritmo y oído musical, y desde el punto de vista social, les ayuda a dejar a un lado la pena, a hacer nuevos amigos y a una mayor sociabilización.  Algo muy importante: bailar contribuye a mejorar la autoestima, a liberar tensiones y a fortalecer la confianza en sí mismo.

 

Editores PP