La inclusión, es la forma de integrar a todas las personas en la sociedad, sin etiquetas ni discriminación. Este es el paso necesario que hay que seguir para que nuestros niños vivan en una sociedad libre. En donde todos tengan las mismas posibilidades de realizarse, adaptadas a sus necesidades.  El pasado mes de marzo se celebró el día mundial del Síndrome de Down y este mes de abril estamos exaltando el día mundial del autismo (2 de abril), tuvimos la oportunidad de conocer historias hermosas tanto de niños que viven estas condiciones como de los padres y su lucha de amor por lograr que sus hijos vivan en un mundo de aceptación y de oportunidades.

Parece algo increíble que, hoy día, todavía existan millones de niños que se encuentran en riesgo de exclusión social a causa de su discapacidad.  Porque en la actualidad, aún no existe la inclusión en todas las sociedades, y esta, es la forma de que los niños crezcan en igualdad de condiciones pese a su singularidad.  

La inclusión temprana es fundamental para que sea posible desarrollar al máximo las capacidades del niño y todos podemos formar parte de este movimiento de inclusión, ya sea que tengamos niños con discapacidad o no.  Sin etiquetas, sin discriminación y sin exclusión frente a otros niños, educar desde el amor.  Con una actuación precoz, se multiplican las oportunidades del niño. Tanto de su aprendizaje como de la forma en la que se relacionará en la sociedad. 

En necesario que los padres y madres conozcan todas las posibilidades existentes, en cuanto a información, lugares o grupos de apoyo, colegios que apoyan la inclusión y las entidades del gobierno destinadas a apoyar a la discapacidad.  

En definitiva, la inclusión debe llegar de la misma forma a todos los planos.  Existen muchas circunstancias que pueden favorecer la exclusión en cualquier momento de la vida.  En el caso de los niños con discapacidad, lograr una vida sin etiquetas, dentro de una sociedad plural donde todos tengan las mismas oportunidades, debe de ser un objetivo común de todos.

“Porque la inclusión también debe introducirse en la familia, en la educación que los niños reciben en casa. Porque los niños que afortunadamente no tienen una discapacidad, pueden sufrir la exclusión por otros muchos motivos. Trabajemos desde la infancia la inclusión para evitar así las etiquetas y las diferencias entre iguales”.