Con todos los avances de la ciencia y los exámenes que se realizan durante el embarazo muchos padres conocen este diagnóstico antes del nacimiento del bebé, mientras que otra gran parte o quizás la mayoría recibe la noticia a la vez que llega el nuevo hijo.  Los padres experimentan una avalancha de sentimientos encontrados, suele ser una noticia impactante que los deja en estado de schock, esta el enfado, la rabia y sin duda la tristeza.

No hay duda que no es fácil afrontar un diagnóstico como este cuando la ilusión y deseo de toda madre y padre es que su bebé llegue sano al mundo.  Cuando los padres reciben la noticia es natural que experimenten un impacto emocional, una agitación interna de sentimientos encontrados, conflictivos y angustiantes.  

Uno de los sentimientos más comunes de los padres es la preocupación por cómo este hecho afectará el futuro del hijo, la seguridad de que su hijo esté bien, su integración a la sociedad y de que pueda valerse por sí mismo.  Es importante que los padres busquen apoyo y orientación de sus médicos, en la familia, amigos, de otros padres que conozcan hayan pasado por la misma situación e inclusive de alguna asociación de personas con síndrome de Down.  Establecer contacto con la cotidianidad de estas personas y escuchar sus experiencias puede ofrecer un punto de vista que ayude a manejar todo mucho mejor.

Al nacer, los niños con síndrome de Down suelen tener una longitud menor a la de los demás recién nacidos, y tienden a crecer a un ritmo más lento, de modo que acaban siendo más bajos que los demás niños de su edad.  Durante la primera infancia, pueden presentar retrasos en la adquisición del habla y de las habilidades básicas para cuidar de sí mismos, como son comer, vestirse y usar el baño. 

El síndrome de Down afecta a la capacidad de aprendizaje de los niños de muchas maneras diferentes, pero la mayoría de ellos tiene una deficiencia mental de leve a moderada.  Los niños con síndrome de Down pueden aprender, y son capaces de desarrollar habilidades y destrezas a lo largo de la vida. Pero alcanzan los distintos hitos evolutivos a un ritmo diferente. Por eso es tan importante no comparar a un niño con síndrome de Down con otros hermanos que siguen pautas evolutivas normales ni tampoco con otros niños que padezcan el mismo síndrome. 

Los niños con síndrome de Down tienen un amplio abanico de capacidades, y no hay ninguna forma de saber en el momento del nacimiento de qué será capaz cada niño a medida que vayan creciendo.

Es importante siempre apoyarse con el médico, algunos niños con síndrome de Down no tienen problemas de salud importantes, pero hay otros que si desarrollan condiciones o problemas médicos que requieren de cuidados especiales.

La mayoría de los padres que deciden tener a un hijo con este síndrome o que se enteran después de que el niño vino al mundo, dicen que su niño es lo mejor que les ha pasado en el mundo. Casi siempre subrayan su sensibilidad, su dulzura, su inocencia y cómo ellos los han enseñado a ser mejores personas, a ver el mundo desde diferentes ángulos.

Vivimos en una época muy especial, llena de nuevas posibilidades, de tecnología, de ciencia y todo está a nuestro favor.  Podemos encontrar muchos ejemplos en la sociedad de personas con síndrome de Down que han logrado ser independientes económica y emocionalmente.

Es importante que sepas que un niño con Síndrome de Down te dará tantas o más alegrías que cualquier otro niño y que podrán tener una vida prácticamente normal, el amor es la base de todo y estos niños son especiales y vienen llenos de amor.

Editores PP