Navidad es, sin duda, una época para compartir en familia. A pesar de las muchas celebraciones que podemos realizar durante el año, para muchos la navidad es casi la única época del año en la que sentimos esa emoción por los recuerdos de las cenas en casa, el abrir regalos con nuestros padres y hermanos, el alboroto de los fuegos artificiales con los primos y demás. Así, dándonos cuenta de la importancia de celebrar con los seres queridos.
Lo deberes diarios como el trabajo, los quehaceres de la casa, los estudios y demás muchas veces nos hace olvidar la importancia del tiempo en familia. Sin embargo, todo lo que se ha vivido con la pandemia seguro nos ha sacudido y nos ha hecho recapacitar más en cuanto al valor tan grande que tiene el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos y en familia.
La Navidad es una época en la que la solidaridad y el afecto se fomentan. Esto es vital para las familias porque los niños pueden aprovechar estas fechas para afianzar su identidad, estima y valía. Al formar parte de las celebraciones y de las tradiciones familiares, su sentido de pertenencia y acercamiento crece y hace que se sientan mejor y más seguros. Además, los pequeños que viven la Navidad en familia fomentan el valor de la solidaridad, seguridad y unión. Aprenden a dar, recibir y compartir con los demás.
Si bien es cierto, el año pasa como si nada y muchas veces hay casos en los que pasan meses sin que conversemos con algún hermano, primo u otro familiar. La cena navideña es un buen momento para reunirse, celebrar y ponerse al día con todos esos miembros de la familia, conversar, sonreír y disfrutar de cada uno. Incluso, hasta conocer a nuevos integrantes de la familia como sobrinitos o primitos.
La familia es el núcleo de la navidad, la ilusión del compartir, los regalos y de la cena es incomparable. No hay duda que la familia es una parte importante de nuestro bienestar y poder vivir con ellos todos estos momentos es indispensable.