El momento de la concepción, sea planeado o no; es preciso para mejorar nuestros hábitos en todos los sentidos. Aunque a medida que los niños crecen, nuestra vida se avoca hacia ellos y se perjudica nuestra individualidad y nuestro tiempo personal, se recomienda modificar las prácticas comunes a fin de mejorar nuestra vida.
Cuando nos preparamos para concebir, debemos considerar varios aspectos, tales como la salud, la capacidad para quedar embarazadas, la alimentación, la calidad de vida, las finanzas y la rutina diaria, entre otras. Sin embargo, la transformación base para que estas cosas mejoren es el cambio de hábito.
Aún cuando estemos convencidos de que nuestros hábitos son saludables; cuando visitamos a un médico con el fin de planificar la concepción, nos enteramos de todas aquellas cosas que estábamos haciendo mal y por ende debemos cambiar. Del mismo modo, para describir malos hábitos acostumbramos a citar aquellos que consideramos dañinos a la salud de manera generalizada; por ejemplo, si no fumamos o no ingerimos alcohol, creemos que no tenemos muchas cosas de las cuales debemos preocuparnos.
Siguiendo esta línea, es importante saber que además de fumar, consumir alcohol o drogas, malos hábitos también pueden ser los siguientes:
- El consumo de alimentos con bajo contenido nutricional como las grasas saturadas
- El uso excesivo de medicamentos
- El sedentarismo
- La desorganización
- El estrés
- La conducta negativa como gritos, discusiones y peleas
Un cambio de hábitos, es recomendable cuando algo nos perjudica, mejorar ciertas cosas de nuestra rutina va a favorecer a que se dé naturalmente la concepción y también va a ser de utilidad durante el embarazo y después de este.
Del mismo modo, es preciso enseñar con el ejemplo; es decir, que mantener costumbres saludables se va a transmitir a los niños directamente durante la crianza. Por esta razón, cuando nos preparamos para concebir, asumimos el reto de estar preparadas para todo lo que este proceso conlleva.
Algunas recomendaciones de hábitos que puedes cambiar:
- Costumbres alimenticias, pues mejora nuestra salud y calidad de vida.
- La actividad física y mucho más si somos sedentarios.
- Establecer chequeos médicos rutinarios.
- Equilibrar nuestro ambiente de trabajo y hogar.
- Evitar compañías negativas.
- Cuidar la salud financiera.
- Pensar primero en ti y en tu bebé.
Por: Editores Primeros Pasos