Para una pareja que desea concebir y tener un hijo, un diagnóstico de infertilidad es un golpe muy fuerte y puede causar una decaída emocional que muchos sienten que el mundo se les acaba.  La culpa, las preguntas sin respuesta y la angustia de no poder hacer ese sueño realidad desembocan una incertidumbre tan fuerte que puede dañar su autoestima y la armonía con su pareja. 

Sin duda alguna no es fácil lidiar con todos los sentimientos que traen consigo este tipo de diagnóstico, la infertilidad es, para muchos, una crisis de la que es difícil salir.  El hecho de aceptar que hay dificultades en algún miembro de la pareja (o en ambos) a la hora de concebir un bebé, hace que muchos presenten alteraciones físicas y emocionales que pueden afectar su vida cotidiana:  una baja significativa en el estado de ánimo, algunos dejan de dormir o comer, otros dejan de cumplir con sus obligaciones académicas o laborales y otros tienen serios conflictos en la relación con su pareja, con su familia y con su entorno.

El problema de infertilidad es más común de lo que se puede pensar, esto quiere decir que cuando sientas enojo, tristeza o ansiedad, no estás sola.  Lo importante es informarnos y ponernos en manos de un especialista, pues hoy día hay opciones de tratamientos que pueden ayudar a que logren el sueño de tener un bebé.  Mucho depende de la pareja, cómo manejan el diagnóstico, sus emociones, mantener una actitud positiva y buscar esas opciones.

Algunos consejos para afrontar un diagnóstico de infertilidad como pareja

  • Aceptar y Reconocer:  como pareja deben reconocer y aceptar las diferentes emociones, sentimientos y reacciones en momentos distintos durante el proceso para convertirse en padres.  No juzgar, ni esperar conductas determinadas de nosotros mismos ni de nuestra pareja.
  • Conversar:  hablar de la infertilidad de forma sencilla, compartir su experiencia personal con la pareja.  Una comunicación asertiva será adecuada, no se deben guardar ni retener esos sentimientos para uno solo.
  • En la medida de lo posible, llevar un sentido de normalidad en sus vidas, es decir, mantener sus actividades y rutinas tanto individuales como de pareja, alejar los pensamientos negativos, ocupar la mente en cosas alegres.
  • Buscar ayuda profesional es una opción muy válida, la salud mental y emocional es importante siempre y más aún en este proceso, levanta la mano siempre.
  • Muchas veces las experiencias positivas de otras personas nos pueden servir, pero es importante que nos apoyemos en un especialista, no todas las experiencias son iguales y más allá no todas las soluciones aplican para todos los casos, pon atención a tu propio proceso.
  • Dejar que cada miembro de la pareja gestione el estrés a su manera. Aunque los sentimientos puedan ser los mismos, la forma de manejarlos es muy personal.
  • Ponte en manos de un profesional o especialista idóneo en la materia, alguien que los pueda guiar, orientar y proponer las posibles opciones que pueda tener tu caso específico de acuerdo a una revisión del historial clínico de la pareja.

 

Editores PP